En el cuadrante sureste de la provincia de
Ciudad Real se encuentra la comarca llamada Campo de Montiel,
reivindicada como la cuna del Quijote y situada en una altiplanicie
entre la llanura manchega y las estribaciones de la Sierra Morena y la
Sierra de Alcaraz. Su orografía suave permite la coexistencia de monte
bajo, tierras de cultivo y pastos estando surcada por cauces -la mayoría
secos- y vías pecuarias. Este es uno de los territorios del lince
ibérico, especie protegida con el programa europeo Iber-Lince, y del
águila imperial, también especialmente protegida. Además, agrupa más de
una docena de municipios con baja densidad poblacional teniendo una
media de 1000 habitantes por municipio. Los cultivos más habituales son
la vid y el olivo, con sendas DO para el vino y el aceite, sin que
falten los pastos para la producción del famoso queso manchego. La
oferta cultural está garantizada por su patrimonio de alto valor
arqueológico e histórico y está complementada con numerosas actividades
de ocio y turismo rural.
En el año 2013 una empresa minera solicitó permisos de investigación
para confirmar la existencia de monacita en el subsuelo del Campo de
Montiel e iniciar la explotación de una mina a cielo abierto con el
objetivo de extraer este mineral que se encuentra disperso en la capa
superficial de la tierra (entre 2 y 5 metros de profundidad).
La monacita es un mineral de alto valor geoestratégico que contiene
los elementos denominados “tierras raras” como el neodimio, el
praseodimio, europio, itrio y disprosio, además de uranio y torio. Estos
elementos tienen características electromagnéticas tan potentes que los
hacen ser muy cotizados en el mercado internacional de las nuevas
tecnologías como la industria de energías renovables, la informática,
pantallas táctiles, tecnología sanitaria, láser y…. industria del
armamento.
El mercado de las “tierras raras” ha experimentado un crecimiento
extraordinario en los últimos 20 años y, como se explica en la revista
del Instituto Español de Estudios Estratégicos, “la producción mundial de tierras raras está dominada por China en un alarmante 97%” circunstancia
que pone a EE.UU y Europa en situación de dependencia de suministros y
de sumisión a las condiciones del país asiático.
La existencia de tierras raras, en contra de su nombre, no es
infrecuente en la corteza terrestre; por el contrario, las tierras raras
se extraen de gran cantidad de minerales complejos (la monacita entre
ellos) que abundan en la naturaleza; ahora bien, la gran dispersión de
estos minerales, su baja concentración por tonelada de tierra y el
difícil y costoso procedimiento para su extracción hace que la
explotación comercial sea poco rentable si se pretenden cumplir los
mínimos requisitos ecológicos y medioambientales exigibles. Esto es así
porque la extracción de monacita se realiza forzosamente con minería a
cielo abierto y extensiva, técnica industrial minera considerada como
una de las más contaminantes y más lesivas para el medioambiente.
En concreto, en el Campo de Montiel y según rezan los documentos que
la empresa minera (Quantum Minería) ha entregado a la Junta de
Comunidades, tienen previsto levantar miles de hectáreas de terreno
mayoritariamente cultivado: primero retiran la vegetación y el manto
fértil y lo depositan a ambos lados de una zanja que se excavará hasta
una profundidad de 5 metros. La tierra extraída de la excavación se
transportará a la planta de tratamiento situada en las afueras de
Torrenueva donde se someterá a un proceso de gravimetría y cribado para
extraer los gránulos de monacita. Una vez conseguido el concentrado de
monacita, la tierra se devolverá a la zanja de explotación. Por último,
la empresa colocará encima de la tierra compactada el manto fértil
retirado previamente de forma que el paisaje –aseguran- apenas se
alterará. No aseguran lo mismo de las zonas con cultivos leñosos, como
son las viñas y los olivos; más bien en estos casos han señalado en su
informe que, al no poder garantizar la supervivencia de las especies
leñosas como consecuencia del movimiento y traslación del manto fértil,
optarán por destinar esta vegetación a biomasa.
El movimiento de tierras se realizará a un ritmo de 220 toneladas por
hora en la explotación durante 8 horas al día y 5 días a la semana. En
la planta de tratamiento cercana a Torrenueva el ritmo será más intenso:
740 ton/hora ininterrumpidamente 5 días a la semana.
Las consecuencias medioambientales, sociales, económicas y sanitarias
están detalladas en las alegaciones entregadas a la Junta y en algunos
documentos incluidos en webs de colectivos de la sociedad civil que se
han movilizado para evitar el desastre natural y de sostenibilidad del
Campo de Montiel (Plataforma Sí a la Tierra Viva, Frentes Antimina,
Campo de Montiel Patrimonio de la Humanidad, Ecologistas en Acción) y
que han obligado a algunos ayuntamientos y algunas figuras políticas a
pronunciarse en contra de esta explotación minera.
Además de los estragos civiles, queremos centrarnos en la importancia
geoestratégica de la minería de tierras raras para la industria
armamentística de un país como España, endeudado y con serios problemas
de credibilidad en la comunidad europea. La posesión de tierras raras
por el estado español añadiría soberanía económica y política además de
prestigio, pues es notorio el interés de la Unión Europea por estos
elementos a cuya investigación se han destinado los fondos del proyecto
EURARE. Decimos que el estado español ganaría en soberanía si no fuera
porque la explotación de las tierras raras va a estar en manos privadas,
lo cual aleja las ganancias de las arcas públicas. Estas manos privadas
exportarán la monacita a otros países (Francia, Alemania, Grecia) que
se encargarán de obtener los elementos electromagnéticos necesarios para
el armamento y las nuevas tecnologías y que nos serán vendidos al
precio que marque el mercado.
Según un artículo publicado en El Confidencial en 2016 España
se convertiría en el único país europeo productor de monacita con un 1%
de la producción mundial, cantidad que permitiría a Europa depender
menos del gigante chino para los sectores tecnológico, automotriz y
militar. Desde China han conseguido casi monopolizar el mercado gracias a
la inversión en los yacimientos existentes en su propio suelo y que
cumplen unos requisitos mucho más ventajosos empresarialmente hablando
que los europeos en materia de derechos laborales y medioambientales;
también consiguen monopolizar el mercado estableciendo precios
diferentes de las tierras raras según que sean para consumo nacional o
para exportación, siendo el precio nacional hasta un 50% más bajo y
favoreciendo que las industrias se localicen en suelo chino. Otra forma
de controlar el mercado es la compra de empresas que explotan
yacimientos en otros países, posibilidad no cerrada en el caso de
Quantum Minería y que sería una forma de subrogación que bien podría
eludir los requisitos que se le han exigido a la empresa española.
En el sector tecnológico, las tierras raras tienen aplicación en
instrumentos médicos, nuevos procesos de refinado de petróleo, luces de
alta intensidad, superconductores, turbinas eólicas, aparatos de
informática, etc. En el sector de la automoción son imprescindibles (de momento) en los
motores diesel, en las baterías de coches híbridos, en células de
combustible, etc.
Precisamente el sector militar sería el más beneficiado por la
existencia de una industria de tierras raras europea, pues los elementos
incluidos en las tierras raras tienen múltiples aplicaciones en
instrumentos de defensa. Así, se utilizan en aleaciones de motores de
aviación y vuelo espacial, reactores nucleares, láseres de uso militar,
bombas inteligentes, sonares, lentes de visión nocturna, fluorescencia
en monitores, sistemas de armas, amplificación de señales, etc.
Acudimos otra vez al artículo de opinión de Gonzalo Sirvent Zaragoza
donde nos dice que los imanes de samario-cobalto tienen excelentes
propiedades a altas temperaturas, lo que los hace idóneos para sistemas
de precisión de guiado de misiles, bombas inteligentes y para su empleo
en aeronaves no tripuladas. Otros imanes, los de neodimio-hierro, son
los más potentes que existen en la actualidad y se emplean en diversos
sistemas de armas.
La importancia de estos elementos se dio a conocer por el
Departamento de Defensa de EEUU quien comunicó que siete tierras raras
eran “críticas para la producción, sostenimiento y operación del equipo
militar”: disprosio, erbio, europio, gadolinio, neodimio, praseodimio e
itrio; siendo el itrio el metal de uso específico para la Defensa del
país y del que se depende totalmente del exterior, motivo por el cual se
están elaborando planes de almacenamiento que asegure su consumo
durante unos años.
Se da la circunstancia de que la monacita existente en el Campo de
Montiel, concretamente en el yacimiento de Matamulas, es
extraordinariamente rica en neodimio (el doble que otros yacimientos) y
contiene 35% más de praseodimio, europio, terbio e itrio que las
monacitas chinas. (Información extraída de los informes de la Univ. De
Sevilla presentados por Quantum Minería a la Junta de Comunidades de
CLM).
La alta calidad de la monacita castellano-manchega hace abrigar
esperanzas de prosperidad a la industria armamentística española y
europea, ya no solo por las ganancias que se pueden obtener de la venta
de la monacita sino también por las ayudas europeas a través del
proyecto EURARE. Ya hemos hecho notar que los beneficios empresariales
económicos irían a parar a manos privadas, que son las poseedoras de
estas industrias, y los perjuicios sociales, ecológicos y de
sostenibilidad ambiental recaerían sobre la población rural, ya de por
sí marginada de los grandes planes de desarrollo.
En cuestión de dinero, la empresa tiene previsto realizar una
inversión total, para los diez años de explotación, de 32 millones de
euros y espera ingresar en concepto de venta de monacita unos 22
millones anuales. No descartan ampliar su influencia y completar aquí,
en España, el proceso de extracción de las tierras raras y la
fabricación de los potentes imanes que tan demandados están en el
mercado de las nuevas tecnologías, incluida la armamentística.
El negocio de la guerra está boyante y cualquier industria
relacionada va a tener muchos y muy poderosos intereses para sacarla
adelante. Solo una ciudadanía organizada y persistente será capaz de
hacer dudar a los políticos que tienen que autorizar estos proyectos al
mismo tiempo que deben mantener su cuota de votos.
Rosario Alises. Médico e integrante de Frentes Locales Antimina
¿Qué es Frentes Locales Antimina?
Frentes Locales Antimina es un movimiento social abierto y diverso nacido en la provincia de Ciudad Real con motivo de los proyectos ...