Este 8 de marzo paramos. para visibilizar que si no hacemos nada, ni consumir, ni cuidar, ni trabajar. Si simplemente paramos, el mundo también para y se concienciará por una vez del sufrimiento que arrastramos las mujeres y la madre tierra.
Ya nos manifestamos multitudinariamente el pasado año en Torrenueva, todos los pueblos nos unimos contra la barbarie del proyecto minero. Después de un año en la lucha no tenemos miedo. No queremos trabajar en la mina y queremos a sus artífices bien lejos de nuestra tierra. La ciudadanía ejercemos nuestro derecho a la libertad de expresión colgando pancartas de nuestras casas, denunciando públicamente ante las autoridades, poniendo mensajes en nuestras ventanas y balcones. Llamando la atención de todos los que siguen sin atender ni frenar esta agonía.
Llamemos la atención también con camisetas, chapas, manifestándonos pacíficamente con una cacerola, armando ruido, mucho ruido. Con altavoces, con un silbato, con luces fluorescentes. Estamos aquí y decimos que ni una menos, que archiven ya todos los proyectos, que queremos vivir, que vivas nos queremos. Que no queremos tener que evacuar o morir por la mina y sus nefastas consecuencias. Que no estamos todas, que faltan muchas más, pero no las olvidamos en nuestra travesía.
Vestimos de negro porque estamos de duelo. Paramos y salimos a la calle, a reflexionar, a dialogar, a no hacer nada. A que nos noten. Porque estamos aquí, estamos de luto y no tenemos miedo, tenemos dignidad, ternura y subversión. Rebeldes, tristes, deprimidas, esperanzadas, mareadas, solas, empoderadas, fuertes, engañadas, despiertas, en común, renovadas, capaces..., ilusionadas. Juntas.
Frentes Locales Antimina
